Papá
hoy te escribo esta carta, que quizás nunca me atreva entregarte; pero lo hago
desde mi pieza, desde la casa donde vos un día viviste y le dijiste a mi madre
que la amabas y a mi que me querías; desde este mismo lugar donde hoy escucho
llorar a mi mamá, la madre de tus hijos porque no venís a visitarme y tampoco
cumplís con la cuota alimentaria.
Papá…yo
te extraño.
Hace
unos días pensé mucho en vos…Te acordas cuando jugábamos a la pelota en el
patio de casa y vos sin querer le pegaste un pelotazo a la maceta colgante que
tenia esa preciosa planta…Pobre perro, pensar que el se llevo las culpas y como
nos reíamos cómplices cuando mamá lo retaba y el día que me entregaron el
boletín de primer grado; que emocionado estabas ese día, fue una de las pocas
veces que te vi llorar.
Vos
para mi eras junto a mami lo más hermoso que tenia, estaba orgulloso de ustedes;
luego vino esa charla en familia donde le dijiste a mamá que ya no la amabas y
a mi me abrazaste fuerte y me explicaste que nuestra relación de padre e hijo
seguiría tan fuerte como lo había sido siempre; que deseabas estar solo, pero
que volverías siempre a visitarme.
Luego
paso el tiempo y cada tanto pasabas por casa; siempre apurado, me dabas un
abrazo y te marchabas, mamá siempre te justificaba pobre, ella me decía-debe
estar muy ocupado con su trabajo. Es que vive lejos, se mudo a otra Ciudad y
cosas así…
Pero
ayer mientras caminaba por mi barrio rumbo a la verdulería donde trabajo para
llevarle unos pesitos a mi vieja, porque esta todo muy caro viste…La pobre ya
no puede con todo y yo realizo lo que puedo, a veces hago los mandados a los
vecinos, lo que salga; aunque no lo quieras creer pensaba en vos cuando te vi
junto a esa mujer rubia, con dos nenes de la mano. Primero pensé que no eras
vos, luego cuando nos cruzamos y vos te hiciste el distraído mirando para otro
lado me di cuenta del padre que tenia; un hombre cínico, mentiroso y
olvidadizo, tan olvidadizo que mañana voy acompañar al juzgado a la vieja para
que te entable una demanda por alimentos como corresponde; pero la peor demanda
quedara sin efecto…Ya no te pediré afecto, se que un ser así, tan miserable, no
tiene riqueza interior que pueda compartir.
Tu
Hijo Sebastiano
Gracias por comentar y compartir
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su aporte