En una sociedad donde cada vez más se impone un modelo liberal de derecha, donde se torna cada vez más individualista es necesario pensar también nuestra actitud ante la vida.
Cómo nos posicionaremos ante esta realidad que puede generarnos tantas dificultades si estamos de alguna manera condicionados por nuestra realidad económica, por nuestra condición social. No es lo mismo ser liberal, conservador, cuando uno es multimillonario que cuando uno vive casi al borde de la pobreza.
Las herramientas que tiene uno y otro para sobrevivir en esta sociedad individualista son muy diferentes.
El pobre difícilmente podrá enfrentar un modelo de plena competencia donde el es el eslabón más débil de la cadena.
Mientras el que goza de bienestar económico puede presionar y lograr su meta simplemente porque tiene poder para hacerlo.
No es lo mismo un adinerado contratista rural, con equipos de primera tecnología a un pobre chacarero que apenas si tiene herramientas para trabajar su chacra. No obstante a pesar de todas esas diferencias sociales que hay en el campo y la ciudad una actitud positiva y un compromiso con nosotros mismos, con sana autoestima hará que desarrollemos estrategias diferentes para superar nuestras problemáticas y alcanzar el mayor de los resultados.
Prosperar y alcanzar la felicidad dependerá de nuestra actitud personal ante la vida y de entender las leyes del libre mercado.
Comenzar con algunas colmenas y vender la miel a intermediarios fue el primer paso para comenzar a prosperar, luego llegó la construcción del galpón de almacenaje, máquina extractora y aumentar el margen de ganancia, luego el envasado de la miel y la comercialización.
Muchas veces demanda años, pero con ideas claras se alcanzan metas importantes y esta es también una realidad
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